"En su obra", escribe Chris Dercon, "que se remonta a 1965, el fotógrafo alemán Michael Schmidt, nacido en Berlín en 1945, ha explorado repetidamente el paisaje urbano en constante cambio de su ciudad natal. Schmidt obtuvo reconocimiento internacional con su libro "Waffenruhe" (1987), que rendía homenaje a un nuevo estilo lírico y utilizaba el gris como color distintivo. En "Waffenruhe", Schmidt se centra en las condiciones emocionales del cambio ideológico reflejadas en los espacios urbanos de Berlín y en la vida de sus habitantes. Hice algunas fotos en las que sólo se veía sopa, la misma sopa que reinaba en noviembre por aquel entonces", dijo Schmidt sobre algunas de sus fotografías de Berlín de finales de los setenta. ¿Acaso aludía a la sopa posterior del legendario otoño de 1989 sin siquiera sospecharlo en aquel momento? Sin embargo, Schmidt no se considera un fotógrafo socialmente crítico. No quería cambiar el mundo, sino resistirse a él, y se consideraba un realista en el sentido brechtiano: "El realismo no es cómo son las cosas, sino cómo son realmente las cosas. [...]
En "89/90" aparece de nuevo el Muro. O mejor dicho: se nos invita a mirar lo que está cerca o al lado del viejo Muro y no ha sido (todavía) eliminado por el nuevo Berlín. Algunas de las escenas de Schmidt parecen fotos de excavaciones. Son más bien disposiciones bruscas: objetos individuales o meros rastros captan la mirada del espectador con una crudeza o indefensión, como si participaran en un acto de protesta. Pero todas las cosas permanecen mudas. Como en sus exposiciones y otros libros, Schmidt ha omitido todas las explicaciones directas y los subtítulos reveladores en "89/90". De este modo, Schmidt consigue escudriñar el estatus histórico del respectivo monumento o documento de forma aún más enfática. De hecho, sus fotografías de Berlín y su legendario Muro representan ante todo lo que Heidegger describió en su ensayo del mismo título como "el tiempo de la visión del mundo". Para el "pensamiento esencial" de Heidegger, una visión del mundo no es una imagen del mundo, sino el mundo percibido y captado como imagen. Es precisamente esta distinción la que caracteriza el planteamiento de Schmidt cuando confronta al observador con el proceso de ver como tal. [...]
Toda la obra fotográfica de Schmidt es una gran indagación sobre el estado en que se encontraba, se encuentra y se encontrará Alemania. Las imágenes de Michael Schmidt son inequívocamente 'imágenes de Alemania', y por ello se sitúa en la misma tradición que sus colegas August Sander, Bernd e Hilla Becher y Hans-Peter Feldmann, todos ellos fotógrafos igualmente ejemplares de los estados alemanes".
Exposición:
Haus der Kunst, Múnich, 21/5-22/8/2010