David Smith (1906-1965) es uno de los artistas más destacados del siglo XX. Conceptualmente, la distinción entre escultura, pintura y dibujo dejó de ser una opción para él. Sus obras derivan gran parte de su fuerza de este enfoque radicalmente abierto. Aunque la pura fisicidad de las esculturas de acero soldado tiene una apariencia fuertemente industrial, sus superficies se caracterizan siempre por apariencias gestuales y hápticas, que se crean aplicando pintura a mano. El impacto de su obra radica, entre otras cosas, en su insistencia en que la escultura tiene el mismo significado visual que la pintura y el dibujo, y que la pintura y el dibujo tienen el mismo efecto espacial. Este catálogo abarca 21 obras, desde finales de los años 50 hasta 1965, y documenta así su evolución con la ayuda de un rico material visual, que incluye fotografías históricas procedentes del archivo del patrimonio de David Smith. David Smith, nacido en 1906 en Decatur, Indiana, cursó estudios universitarios en la Universidad de Ohio, entre otras, y se trasladó a Nueva York en 1926, donde comenzó a estudiar en la Art Students League. A principios de la década de 1930, se centró por completo en la escultura, soldando construcciones a partir de objetos encontrados y metal forjado. En 1940, se trasladó a Bolton Landing, a las afueras de Nueva York, donde instaló un estudio en una nave industrial, ricamente equipada con materiales y herramientas industriales. A partir de finales de la década de 1950, creó obras monumentales en el paisaje de colinas que rodeaba su estudio. En 1965, David Smith murió en un accidente de coche cerca de Bennington (Vermont). David Smith allanó el camino a artistas como John Chamberlain, Mark di Suvero, Donald Judd y Richard Serra, ya que fue él quien liberó el lugar de producción de esculturas de las restricciones del estudio del artista del siglo XIX y de las fundiciones de arte y lo vinculó al contexto industrial del siglo XX.
Exposición:
Hauser & Wirth Zúrich, 12/6-18/9/2016