Georg Baselitz: Sigmunds Höhle

Pintando a lo perrito, por así decirlo.

El ensayo de Anselm Wagner, que merece la pena leer, comienza inmediatamente con un paseo cultural e históricamente muy interesante y con tintes satíricos por el mundo pictórico del pensamiento del gran pintor alemán Georg Baselitz, y sobre todo por todos los enredos e historias que forman el tema de su última serie de obras: "La cueva de Sigmund". Sólo el título ya sugiere una historia espeluznante. En 1938, el padre del psicoanálisis, enfermo de cáncer, con 82 años y bajo arresto domiciliario por la Gestapo, tradujo al alemán, junto con su hija Anna, un libro francés sobre una perra Chow Chow que, como él, padecía un carcinoma en la cavidad faríngea derecha y tuvo que someterse a múltiples operaciones y radioterapia hasta que finalmente se curó; un final feliz que a Freud se le negó célebremente. El original francés del libro fue escrito por la paciente, amiga y mecenas de Freud, Marie Bonaparte, que luego le ayudó a él y a la familia a emigrar. Como ocurre con muchos propietarios de perros, las relaciones de los Freud con sus amigos de cuatro patas son contradictorias: Freud tuvo tres Chow Chow seguidos, Anna un pastor alemán. Por un lado, según Wagner, "encarnan una existencia casi paradisíaca, a salvo de la cultura y de las molestias que provoca"; por otro, Freud y con él el psicoanálisis "se inscribe en la tradición materialista de los cínicos, los filósofos caninos... que hacían sus necesidades físicas como perros en público, despreciaban los logros y tabúes de la civilización y combatían el idealismo platónico con un tosco accionismo". E incluso cuando Georg Baselitz, él mismo propietario de perros, "pinta perros u otros animales, como documentan algunas de las fotos de este libro, pertenecen inicialmente, como los paisajes, las naturalezas muertas, los desnudos y los retratos, a los temas convencionales, 'banales', que pretenden distraer lo menos posible del cuadro como tal". Pero, por otra parte, el pintor juega todo tipo de bazas con ideas tan grandiosas como una especie de "agujero del cuadro" en el centro de estos retratos de perros o el adorno de cinta de nubes que ata alrededor del abdomen de los perros a modo de delantal, "cuyo dibujo recuerda por algo a un ano o una vulva".

Exposición:
CFA Contemporary Fine Arts Berlín, 1/10 - 14/11/2015