Maja Ruznic: Mutter

La anatomía de las imágenes por Maja Ruznic

La pintura de Maja Ruznic hace que uno se dé cuenta de que está mirando hacia dentro desde el exterior y, sin embargo, se ve atraído hacia dentro, obligado a acatar las misteriosas leyes que imperan en su interior. Porque aunque la superficie del cuadro no conozca el tiempo, al menos el tiempo lineal, sin principio ni fin, puede tener un ritmo. Es lo que Ruznic llama el "latido visual". Es el pulso del cuadro, su vibración, su movimiento, la vida que lleva ante nuestros ojos, su propio murmullo. El hecho de que esto ocurra, de que nos sintamos conmovidos por lo que observamos y desarrollemos una intimidad con ello, es algo que la psicoanalista Bracha Ettinger denomina "wit(h)nessing", una mezcla de presenciar (wit-ness) y estar juntos (with-ness). Destaca lo importante que es estar afectivamente presente y permitir que el observador y el observado se entrelacen en una experiencia compartida que, en última instancia, cambia a ambos. Ruznic crea este reino ilimitado en el que todos los colores y todas las figuras se desbordan y el único límite se traza desde el borde del lienzo. En este espacio, las criaturas se funden con su entorno como si lo hicieran por sí mismas, apareciendo y desvaneciéndose, fundiéndose perfectamente unas con otras, expandiéndose hasta el punto de carecer de forma. Las finas capas de color de Ruznic permiten que estas criaturas surjan y se desvanezcan como si tuvieran su origen en el propio cuadro, haciéndonos parecer a los espectadores como si vinieran hacia nosotros desde muy lejos o desde tiempos pasados.

Exposición:
CFA Bellas Artes Contemporáneas de Berlín, 13/9 - 26/10/2024