Monika Brandmeier: Eine tropische Stimmung, nur um einiges kühler

Impreciso, pero decidido

A principios de la década de 1980 se impuso una pluralidad de perspectivas del posmodernismo, que por un lado ya no encontraba un consenso de gustos, como señaló Jean-François Lyotard, pero por otro ofrecía una creciente diversidad de estilos y formas de vida. Monika Brandmeier comenzó su labor artística bajo estos auspicios, desmarcándose de sus jóvenes y salvajes contemporáneos con tonos extrañamente enigmáticos y sensibles. Trabaja con el lenguaje como fuente de inspiración y medio de expresión y llega a un lenguaje formal principalmente geométrico, que siempre intenta cargar semánticamente más allá de la pura materialidad. "Ella", escribe Christian Ganzenberg en su contribución al texto, "que en lugar de centrarse en la inmersión física y emocional confía en la distancia intelectual y física del espectador con respecto a la obra de arte, descubre en la intersección de la abstracción y la concreción el punto de partida personal para perseguir tendencias reduccionistas y surrealistas, así como un examen sensual-intelectual del espacio y el lenguaje. Sus obras se despliegan más allá del rigor y la calculada sobriedad de una práctica artística racional; siempre están impregnadas de un sutil humor, como también encontramos en los textos maquinales de Francis Picabia, los experimentos lingüístico-tipográficos de Gertrude Stein o Friederike Mayröcker y también en los poemas de Rolf-Dieter Brinkmann".

Exposición:
Kunsthalle Recklinghausen, 22/9 - 17/11/2019
Centro de Arte Contemporáneo Zitadelle Spandau, 12/6 - 19/9/2021