En sus nuevos cuadros, Nick Goss parece apuntar al modo de la memoria: cómo contiene inevitablemente más de un lugar y más de una lógica en un momento dado. Por otra parte, es fácil reconocer en la obra de Nick Goss la lógica del collage modernista o la compulsión cubista de cortar las cosas. En su cuadro "Last of England", un grupo de personas están encajadas en el lienzo de una manera que recuerda a la República de Weimar, como si las miráramos en un espejo agrietado: un bolso, una bufanda, algo que se lleva bajo el brazo son partes del mismo plano. Si se miran durante más tiempo, el efecto no es de alienación o desorientación, como en los montajes surrealistas de Höch o los frágiles paisajes callejeros de Kirchner. Veo a las personas de los nuevos cuadros de Nick Goss más bien como extraños en los que alguien cree en silencio, dotados de dignidad. La fragmentación de estas obras podría entenderse mejor como una especie de muestreo, como en la música. Hay humor en este distanciamiento, como lo hay en los cuadros de Goss, y hay mucho más escondido detrás de lo que vemos, por plano o podrido o fútil que parezca. Era divertido en Bowling Alley, hasta que dejó de serlo... ¿o no?
Exposición:
CFA Bellas Artes Contemporáneas de Berlín, 4/9 - 16/10/2021