Thomas Feuerstein: Trickster

TRICKSTER "tiene poco que ver con un concepto clásico de escultura"

Cuando a Thomas Feuerstein (*1968) se le pregunta por su exuberante obra, que aborda la biología, la literatura, la historia del arte, la filosofía, la medicina, la cibernética, la religión, el sexo, la economía y los medios de comunicación de masas, así como los efectos de la biopolítica en el individuo y el sueño de la eterna juventud, le gusta responder por escrito con una declaración literaria. Y la atrevida enumeración de su obra se asemeja entonces aún más a una compleja teoría literaria de la vida real, porque él mismo responde con una narrativa aventurera, como su relato "Plus ultra. El proyecto Hércules". Aquí, Thomas Feuerstein describe al boxeador, editor de revistas, dadaísta y dandi Arthur Cravan, centrándose así en un personaje de los años veinte que, en tiempos más recientes, unos 60 años después, ronda la historia pop como ídolo y alimenta el mito del antihéroe anárquico, por así decirlo. Sin embargo, esta imagen literaria no es más que una parábola para el modelo de máquinas y biorreactores de Feuerstein, con el que se produce arte en un sentido muy clásico, por ejemplo con un mecanismo de escritura automática tomado de la famosa "Écriture automatique" de los surrealistas, que en su caso se basa en la notación de las fluctuaciones de los precios. Además, la materia orgánica, las enzimas y los catalizadores forman esculturas moleculares y, por tanto, una procesualidad que da lugar a manifiestos que sólo conoce la historia del arte. Su concepto de la forma, dice el artista, "tiene poco que ver con un concepto clásico de escultura. El material, incluidas sus estructuras moleculares y los procesos y transformaciones asociados, desempeña un papel específico. No veo la forma como lo opuesto a la materia, sino como una estructura que puede adoptar diferentes formas y figuraciones".

Exposición:
Kunsthalle Krems, 18/11/2012 - 10/2/2013