La característica especial del volumen "Hornbook" de Klaus Merkel en los Libros de Artistas Kienbaum para 2014 es el orden de las 165 imágenes de este volumen, que se ajusta a su método de trabajo y a su práctica expositiva. El artista siempre forma filas, racimos o ritmos para identificar los signos de sus cuadros como señales de forma y color sin mensajes. Él mismo ha dicho que "sólo se ve lo que llega a través del estado de ánimo subjetivo. Los cuadros no tienen 'narrativa' y no son para procesar 'abstracciones'. Puedes percibirlos físicamente o rechazarlos". Esto también puede describir los signos figurativos, salvo que la imagen ya no es un espacio narrativo, es decir, no tiene ninguna función mimética. El artista utiliza una paleta de pocos colores, a saber, verde, rojo, amarillo, negro y a veces azul. Hans-Joachim Müller escribe en su entrada del Kritisches Lexikon der Gegenwartskunst: "Lo que se narra, si es que puede haber tal cosa, es una 'narración' no lineal, no dirigida, narrada por el continuum de imágenes que no conoce dirección, que se extiende y se prolonga en todas direcciones, que llega hasta lo más profundo de la historia y el origen de las imágenes e igualmente hasta lo más profundo del amplio espacio de sus posibilidades y horizontes". El hecho de que el azar también se movilice aquí como fuente de imágenes queda quizá ilustrado por el título que el artista ha elegido para este libro. Klaus Merkel ha instalado en su ordenador un diccionario que escupe cada día una palabra al azar. Los hornbooks eran tablillas alfabéticas talladas en cuerno que se utilizaban antiguamente en Inglaterra y Estados Unidos para enseñar a leer a los niños.